¿BULLYING
O MATONEO ESCOLAR?… ¡NUNCA!
El
Icbf inició una campaña para erradicar el matoneo en los colegios colombianos,
más conocido como “bullying”. El instituto se compromete a brindar
atención a las familias de los niños afectados por este tipo de acoso escolar.
De igual forma, los niños, jóvenes y docentes que deseen denunciar su caso lo
pueden hacer en la líneas gratuitas 018000918080 y 018000112440.
“Necesitamos que sobretodo
profesores y coordinadores de disciplina nos ayuden a entender que este
fenómeno debe ser conocido, abordado en una primera instancia por ellos para
buscar formación y conciliación entre los muchachos”, dijo el director del
Icbf, Diego Molano.
Según Molano, es importante
denunciar para que se puedan reestablecer los derechos de los niños,
especialmente en el caso de aquellos que han sido agredidos. Sin embargo,
resaltó que también se debe estar pendiente de los jóvenes agresores para saber
de dónde proviene esa actitud violenta.
El director del Icbf también
hizo un llamado a los padres de familia para que pongan atención si sus hijos
tienen cambios en el comportamiento y si evitar ir al colegio para evitar que
sean víctimas del matoneo en silencio.
¿QUÉ
ES EL MATONEO?
Se refiere a una conducta
agresiva, deliberada y repetitiva que provoca molestia al otro. Se caracteriza
por ser sistemática y porque generalmente es protagonizada por uno o más
estudiantes en contra de otro en particular, por lo común, más débil y
vulnerable.
Las agresiones van desde la
simple burla hasta el sometimiento moral y extorsivo, que obliga a la víctima a
satisfacer los caprichos del agresor. Los mensajes de texto o mails con
contenido agresivo también hacen parte de esta modalidad de violación de
derechos de los niños.
Enviar mensajes de texto por
internet o por cualquier medio electrónico, con contenidos que lesionen la
integridad de los niños o adolescentes, hacer llamadas insultantes, chistes de
mal gusto que fomenten la discriminación, pedir dinero por cualquier clase de
extorsión, usar apodos crueles, humillantes y degradantes, intimidar a través
de los retos entre pandillas y maltrato físico con golpes, patadas o empujones
son algunas manifestaciones del matoneo.
Las medidas se adoptan después
que el pasado 16 de abril un menor de 12 años del colegio Los Gómez, de Itagüí
(Antioquia) fue golpeado por sus compañeros de clase, lo que le habría
ocasionado la muerte, versión que están confirmando las autoridades.
Lee
más: No
al bullyng o matoneo escolar http://www.barriosdebogota.com/bullyng-o-matoneo-nunca/#ixzz1tfjmtEVg
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CARTA DE UN ALUMNO A SU MAESTRO
Maestro Escúchame
Querido Profesor:
He querido hablar contigo como
pocas veces lo he hecho. Tú no conoces nada de mí, de pronto soy para ti el
alumno anónimo, el mono del tercer puesto, el gordito de atrás, el que tanto
habla o te saca de casillas. Tengo 9, 10, 12, 13, 15 o 17 años y estoy en la
etapa en la cual te necesito mucho porque eres mi figura de identificación más
importante; eres el remplazo de mis padres durante varias horas del día.
Por favor, nunca me
menosprecies, ni me pongas en ridículo ante mis compañeros; no permitas que ellos
me pongan apodos, porque sufro mucho. Si no entiendo algo, no te disgustes. Te
sabré agradecer, si bajando al nivel de mis capacidades, logras hacerme
entender el tema tratado.
Si tú me escuchas y me
respetas yo aprenderé a escuchar y a respetar.
Las calificaciones son para mí
algo muy serio; con ellas mides cuánto he aprendido; recapacita antes de
ponerme malas notas. Asígname responsabilidades y enséñame a cumplirlas. Confía
en mí.
Si soy indisciplinado no me
bajes las notas; dame algún trabajo extra para mantenerme ocupado.
Muchas veces estudio la
lección y en el momento en que me preguntas se me olvida todo. Invítame con
calma a que recuerde.
Enséñame a pensar por mí
mismo, a ser responsable de mis actos, a decir la verdad y para esto dialoga
conmigo.
Si confieso una falta no me
sanciones, pues la próxima vez no te contaré nada.
Recuerda que mis padres viven
muy ocupados y que en ocasiones no me atienden, no me brindan afecto. Tú, mi
maestro, eres mi mejor ayuda y el forjador de mi personalidad.
Bríndame un poco de
comprensión y de cariño. Es posible que para ti pasen inadvertidos los cientos
de alumnos que has tenido; para mí tú eres sólo uno y eres inconfundible. Para
ti, de pronto soy un alumno más, perdido entre los otros.
Para mí, tú eres mi querido
maestro. Siempre estaré agradecido por tus servicios, tus esfuerzos y tu labor
en mi beneficio.
Ten paciencia, mucha
paciencia.
Respetuosamente, tu alumno que
te admira.
(Tomado de maestr@s.com)
DIEZ PREGUNTAS BÁSICAS ACERCA DEL ENOJO
Dr. Norberto Levy
1 – ¿Por qué nos enojamos?
Nos enojamos cuando algo nos
frustra: desde algo tan pequeño como un atascamiento de tránsito hasta una
amenaza a mi integridad física o a mi honor. Los motivos son variadísimos y los
grados de intensidad también, pero todos tienen un elemento común: debajo
de cada enojo hay una frustración.
2 – ¿Cumple alguna función el
enojo?
Veamos un ejemplo: Un amigo me
prometió que me devolvería un libro y cuando llega me dice que se olvidó. Mi
deseo de recuperar el libro se frustra y ese deseo frustrado se convierte en
enojo. La función esencial del enojo es darme más energía para enfrentar el
obstáculo que produce mi frustración. El tema fundamental aquí es si yo he
aprendido a canalizar adecuadamente esa fuerza, o no. Ese aprendizaje es una de
las tareas más significativas que los seres humanos necesitamos realizar.
3 – ¿De dónde surge la idea de
que enojarse es algo malo?
Surge de todo lo que en
general hacemos cuando no sabemos encauzar la energía del enojo. Me gusta citar
una frase de Marco Aurelio, que en el siglo II dijo: "¡Cuánto más penosas
son las consecuencias del enojo…que las causas que lo produjeron!". Es muy
hermosa y sintetiza muy bien lo que es la inadecuada utilización de esa
energía. Por esta razón es fundamental que distingamos dos tipos de enojo: el
enojo que destruye y el enojo que resuelve. La idea que tenemos del enojo como
algo malo es a partir del enojo que destruye, que es, lamentablemente, la
manera más frecuente que tenemos de enojarnos. Pero por eso mismo es bueno
saber que esa no es la única forma del enojo.
4 – ¿En qué se diferencia una
forma de la otra?
Volvamos al ejemplo del libro
que mi amigo no trajo. El enojo que siento puedo encauzarlo en dos grandes
direcciones. Puedo decirle: “¡Eres un egoísta, siempre el mismo irresponsable!,
¡Eres un falso! En ti no se puede confiar.” En ese caso he utilizado mi enojo
para herir, castigar y hacer sufrir a mi amigo por lo que hizo. Cuando hago
eso, no es por maldad. Es porque creo que sentir y expresar enojo es así:
insultar, castigar y hacer sufrir. Cuando reacciono de ese modo, el otro, en
este caso mi amigo que se siente herido por lo que le dije, responde,
generalmente con otro agravio: “¡Y tú siempre el mismo autoritario, crees que
todos somos tus esclavos, eres un déspota!” También me recuerda otras
situaciones en las que yo lo herí y me dice: “Tu eres el egoísta irresponsable
y manipulador. Sos un hipócrita!” Y así seguimos, de insulto en insulto. La
intensidad continúa creciendo, cada vez nos herimos más, y al rato estamos los
dos lastimados y resentidos. Ninguno quiere saber más nada con el otro, y el
libro no lo recuperé.
Este es un ejemplo del típico enojo que destruye. Es muy común oír después de
una gran pelea en la que todos han quedado muy heridos: ¿Por qué era que empezó
esta discusión?
5 - ¿Cómo es el enojo
que resuelve?
Allí dirijo ese plus de
energía sobre el obstáculo que me frustra. En este mismo ejemplo le puedo decir
a mi amigo, con toda la intensidad con la que lo sienta: “¡Estoy muy frustrado
y enojado. Vos prometiste que me ibas a traer el libro y yo contaba con él. Lo
necesito. Vamos a ver cómo me lo podés acercar. O llamás a alguien para que lo
traiga o llamamos a una mensajería. Fíjate qué se te ocurre!” Y ahí me quedo
esperando y demandando una respuesta. Cuando concentro mi energía en esa
dirección el enojo cumple su propósito esencial: darme más energía para tratar
de resolver el obstáculo que me frustra.
Este tipo de enojo se apoya en dos pilares: expresar lo que siento ante lo que sucedió y demandar la respuesta que me "des-enojaría".
Este tipo de enojo se apoya en dos pilares: expresar lo que siento ante lo que sucedió y demandar la respuesta que me "des-enojaría".
Expresar la frustración y el
enojo que me produce la situación es necesario para mí, para desahogar lo que
me pasa y es necesario para el otro, para que pueda saber lo que me ocurre a mí
ante lo que hizo, porque ese es además uno de los motores que lo ayudarán a
cambiar su actitud. Cuando se cuánto le molesta a una persona mi impuntualidad
eso es algo que me ayuda a que lo tenga en cuenta y me dispone a tratar de ser
puntual.
Expresar lo que siento no quiere decir enjuiciar al otro. Son dos respuestas muy distintas que es necesario aprender a distinguir con claridad. Una cosa es decir: ¡estoy muy enojado por lo que hiciste!, y otra muy distinta es decir: ¡Es tratar a la persona, hasta llegar hacerla sentir una basura, (una mala persona, una porquería, etc.) por esto que hiciste!
En última instancia la esencia del enojo que resuelve es autoafirmarse con claridad, fuerza y respeto. Y para eso no es necesario descalificar ni agraviar, ni insultar. Me concentro en la acción que me frustra y demando una solución.
Expresar lo que siento no quiere decir enjuiciar al otro. Son dos respuestas muy distintas que es necesario aprender a distinguir con claridad. Una cosa es decir: ¡estoy muy enojado por lo que hiciste!, y otra muy distinta es decir: ¡Es tratar a la persona, hasta llegar hacerla sentir una basura, (una mala persona, una porquería, etc.) por esto que hiciste!
En última instancia la esencia del enojo que resuelve es autoafirmarse con claridad, fuerza y respeto. Y para eso no es necesario descalificar ni agraviar, ni insultar. Me concentro en la acción que me frustra y demando una solución.
6- ¿Qué sucede cuando no
puede haber reparación en el presente?
Por ejemplo cuando alguien
llega tarde, me deja una hora esperando y eso no tiene arreglo porque ya
ocurrió. En ese caso lo que uno puede hacer es, además de decir lo que siente,
orientar la demanda hacia el futuro. Generar algún acuerdo para que no
vuelva a ocurrir. La clave es descubrir en cada caso la situación que me
des-enojaría. Yo sugiero a mis alumnos que cuando un enojo es intenso y los
confunde se formulen la siguiente pregunta: ¿qué tendría que ocurrir aquí
para que mi enojo cese? Esa pregunta tiene la virtud de enfocar la mente sobre
el punto central de la cuestión que es precisamente cómo se resuelve ese
problema que me enoja.
7 – ¿Qué pasa cuando la
persona con quien estoy enojado es alguien a quien quiero?
Mucha gente cree que si le
tengo afecto a una persona no puedo enojarme con ella, que tengo que cerrar los
ojos y dejar pasar porque es o el afecto o el enojo. Y en realidad no es así,
es más bien todo lo contrario. Una de las cosas que más ayuda a hacer
resolutivo el enojo es expresar el enojo con afecto. Puede parecer una
contradicción insalvable en sí misma pero no es así, es simplemente recordar,
cuando esa es la situación, que la persona con quien estoy enojado es alguien a
quien, además, le tengo afecto.
Entonces se pasa del: "Porque le tengo afecto no me puedo enojar" o "porque siento que le tengo afecto es que le puedo expresar mi enojo cuando lo siento”, que sería la forma más sana de actuar.
Entonces se pasa del: "Porque le tengo afecto no me puedo enojar" o "porque siento que le tengo afecto es que le puedo expresar mi enojo cuando lo siento”, que sería la forma más sana de actuar.
8- ¿Cómo reaccionar ante
el enojo de los demás?
Cuando uno aprendió a enojarse
respetuosamente y lo hace, se da cuenta con más claridad cómo es el enojo del
otro: si es resolutivo o destructivo (o cuánto hay de cada uno). Entonces puede
distinguir qué parte de verdad puede haber en ese enojo y que reparación
requiere y cuánto hay de enjuiciamiento, agravio o maltrato, que es parte de la
inmadurez y la ignorancia de quien se enoja así. Cuando establezco esa
distinción ya estoy en mejores condiciones de no quedar sometido al modo
destructivo del enojo del otro.
9 – ¿Cuál es la causa del
enojo explosivo y desproporcionado con la situación?
Ese es el tema de la
acumulación del enojo. Cuando uno no aprendió a expresar el enojo tiende a
retenerlo, y se va acumulando. Entonces alguna situación menor activa el enojo
acumulado y sale con una intensidad desproporcionada que desconcierta al otro,
y a veces también a uno mismo. Por esto es bueno estar al día con los
enojos, pero para eso es necesario haber aprendido a expresarlos de un modo
resolutivo. Si no, inevitablemente uno tiende a callar por temor a complicar
más las cosas.
10 - ¿Qué sucede cuando
el enojo es con uno mismo?
Uno no se enoja consigo mismo
de un modo global si no con alguna parte de sí. Por ejemplo: la parte insegura,
miedosa, exigente, etc. Por lo tanto lo primero es descubrir con qué parte
propia estoy enojado. Es útil imaginar que esa parte está enfrente y
expresarle el enojo tal como lo siento. En el universo interior el enojo
también puede ser destructivo o resolutivo. La mejor manera de saberlo es
ponerse en el lugar de quien recibió ese enojo y observar cómo se siente al
oírlo: si destruida o ayudada. Si se siente destruida, la tarea es
clara: aprender a enojarme con ella de un modo tal que ese enojo le
exprese mi desacuerdo de una manera que la enriquezca y la estimule a
evolucionar en la dirección deseada. Ese aprendizaje es el mejor punto de
partida para aplicarlo después en el trato con los otros y es, en última
instancia la esencia de la Autoasistencia Psicológica, que consiste
precisamente en aprender a relacionarme con la parte de mí que no me gusta de
un modo que la ayude genuinamente a transformarse.
Fecha de publicación: 28. Abril
2011
Un abrazo con este mensaje
para los que son padres o lo serán
HIJOS SIN REGLAS
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